Estos capítulos son un poco cortos pero a partir de ahora se van a hacer más largos. Esperamos que os guste.
Pasó media hora, y seguíamos sin
obtener respuesta. Nos empezamos a preocupar, y de tanto llamar se me quedó sin
batería el móvil. Sophie se lo había olvidado en el coche de Mike, así que
decidimos ir a su hotel a buscarlo y desde allí seguir llamando. Cogimos las
maletas y nos adentramos en las calles de Londres. Era tan grande, esa ciudad,
que nos perdimos en un abrir y cerrar de ojos. Nos encontrábamos delante de un
local no muy grande, donde había mucha gente fuera chillando, y dentro se podía
oír música muy alta. Estábamos tan cansadas que nos sentamos encima de la
baranda del río a descansar un rato. Teníamos mucha curiosidad por saber qué
estaba pasando ahí dentro, pero decidimos no ser cotillas (aunque Sophie se
estaba muriendo por dentro) y descansar un rato para seguir con la búsqueda. No
había nadie a nuestro alrededor, a parte de aquel grupo de chicas chillando.
Parecía que se les fuera la vida, con tanto grito. De pronto, una limusina
salió del parking del local, marchándose en dirección a las afueras de la
ciudad. Todas las chicas siguieron al vehículo a gran velocidad. Sophie y yo
nos empezamos a reír, ya que la situación era muy cómica. Nos lo estábamos
pasando bien, así que nos olvidamos de lo que debíamos hacer y nos pusimos a
charlar animadamente.
- ¿Estás emocionada con lo de
mañana? - le dije a Sophie, guiñándole el ojo.
- ¡Emocionada es poco! Vamos a ver
a nuestros amores. Es que aun no me lo puedo creer, parece un sueño hecho
realidad. – la emoción nos invadía por dentro a ambas.
- Tu vas a ver a Zayn, y yo a mi
Niall- dije, poniendo cara de enamorada.
- Ya ves, es tan fuerte…-dijo
dándome un abrazo.
De repente, del local donde se
escuchaba a esas chicas, salieron cuatro figuras. No se les veía muy bien, ya
que todos iban con gorras y capuchas, de colores diversos, pero, por sus
figuras, rápidamente adivinamos que eran todos chicos. Un grupo de chicas salió
de la nada, y empezó a correr hacia ellos. Ellos hicieron lo mismo, pero en
nuestra dirección. Estábamos muy extrañadas, completamente perdidas. Siempre he
odiado no saber lo que ocurre, y en ese momento me arrepentí de no haber ido a
cotillear.
Los chicos pasaron por nuestro
lado, y uno de ellos hizo un gesto con el brazo, involuntario, espero, dándome
en el hombro. Yo, sin querer, me cogí del brazo de Sophie para no caerme, pero
las dos acabamos perdiendo el equilibrio y nos precipitamos hacia el agua.
Tuvimos suerte, ya que era la parte menos profunda de todo el arroyo. No nos
hicimos nada, por suerte, aunque quedamos completamente empapadas y sin saber
por dónde salir de allí.
De repente aparecieron en mi
campo de visión dos manos que me ofrecían ayuda para salir del agua. Cogí la
mano que tenía mas cerca y alguien me ayudó a salir. Estaba a punto de empezar
a gritarle al desconocido y a echarle la culpa de que estuviera totalmente
empapada, pero al ver esos preciosos ojos verdes me quedé en blanco, mi mente
estaba completamente vacía. Tan solo había la imagen de esos preciosos ojos que
me habían sacado del agua, esos ojos tan grandes y profundos. Yo conocí
aquellos ojos. El dueño de los ojos me cogió de la mano para que no cayera
hacia atrás, ya que me estaba a punto de resbalar. Cuando habló pude apreciar
su tono de voz, aterciopelada y dulce.
- ¿Estás bien?- me preguntó, mirándome con una gran sonrisa.
En ese momento mi mundo se
nubló, mi cuerpo tembló, y lo último que recuerdo fue que caí en brazos de un
chico ya no tan desconocido.
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