martes, 28 de febrero de 2012

Capítulo 9

 (Narra Carla)
Tenía ganas de llorar pero no quería que todos empezaran con la típica pregunta ¿Qué te pasa estas bien? Es que vaya pregunta, si estas llorando, ¿como puedes estar bien? Me sentía fatal, todo esto había sido mi culpa, sino hubiera besado a Niall para darle celos a a Harry, él no me hubiera estado a punto de besar y nadie se habrá enfadado y todos estaríamos bien. Antes de venir a Londres era una chica con un sueño, conocer a estos chicos con los cuales ahora estaba, y olvidarme de todo lo que pasó hacía casi un año. Pero había una cosa que había cambiado, ahora ya no eran un sueño inalcanzable porque los conocía, y además de mis ídolos también eran mis amigos. Ahora el simple problema era que a mí antes de conocerlos me gustaba muchísimo Niall pero claro, con Harry todo era un misterio, no sabes nunca lo que va a decir o hacer. Eso era lo que me gustaba de él, el misterio.
Antes de llamar a la puerta, saqué mi móvil el cual antes de irme a cambiar dejé cargando, marqué el numero de María y le mandé un mensaje que decía: “Hemos llegado a Londres, pero al llamar a tu casa no nos abrió nadie, no se si nos hemos equivocado. Pero por si acaso pásame tu dirección, ahora vendremos Souf y yo! Te queremos x x”. Estaba delante de la puerta, me giré para ver si Niall seguía ahí pero no, había desaparecido no se donde había ido. No le dí más importancia ya que había recibido un mensaje, era de María y decía “Es la calle Openfield 42, cuando queráis venir estamos aquí y siento no haber contestado a vuestras llamadas es que se me acabo la batería del móvil y no me acorde de cargarlo. Lo siento x x”. Esta chica era una descuidada, me reí para mis adentros y llamé a la puerta. Rápidamente abrió la puerta Liam el cual solo dijo "pasa" con un tono muy agradable y mostrando una buena sonrisa. Me adentré por el pasillo sin decir una palabra, Liam me seguía por detrás. Al llegar al salón solo estaban Zayn y Sophie hablando. Me senté al lado de mi amiga y ella al oído me dijo:
-   Ya me contarás que ha pasado, y sobretodo que tal el beso con Niall –  se separó de mí y me guiño el ojo.
-   Ya te contaré y que sepas que vas a flipar. ¡Ah! y María me acaba de enviar un SMS y me a dicho la dirección correcta, creo que yo ya me voy, vienes o te quedas?
-   Se queda, luego ya la acompañaré yo. Si ella quiere claro – Me reí del comentario de Zayn, miré a Sophie y afirmó con la cabeza.
-   Como quieras! Voy a buscar las cosas arriba y ahora bajo – salí del salón y subí por las escaleras.
En lo único que podía pensar era en Harry, esas ganas de besarle y... No pude seguir pensando en eso, ya que yo ya sabía que no era possible. Él era famoso y tenía a todas las chicas que quería, nunca se fijaría en una chica como yo. Había una cosa positiva para todo esto, y era que ya les conocía ¡y me había besado con uno de ellos! La parte negativa era que nunca más volvería a verlos y tendría que vivir pensando en ellos otra vez solo como mis ídolos inalcanzables.
Llegué al cuarto de Harry, cogí mis cosas y las puse dentro de la maleta. Mientras lo guardaba todo, me hice una pequeña pregunta, ¿Dónde se había metido? No tenia ni la menuda idea, una parte de mí quería volver a verlo y la otra que me fuera rápidamente para no hacer daño a nadie más. Decidí irme por la segunda, así que lo cogí todo, bajé por las escaleras y antes de que pudiera irme aparecieron Harry y Louis de la cocina. Era increíble, el mundo simpre hacía lo contrario a lo que piensaba.
Se produjo un silencio muy incómodo así que decidí romperlo.
-   Gracias por todo, yo me voy que ya que es muy tarde, a sido un día inolvidable. Porfin os he conocido, y nunca olvidaré lo que habéis hecho por nosotras. Adiós a todos y hasta luego Sophie – me despedí de todos con dos besos rápidos a cada uno para evitar miradas y remordimiento.
-   El placer a sido nuestro, sois unas chicas encantadoras, en ningún momento os habéis tirado encima y chillado. La verdad es que sois de las mejores fans, esperamos veros otro día ¿no? – la pregunta de Liam hizo que me iluminara por dentro.
-   Claro! – respondí tan rápido que todos se rieron e hicieron que me pusiera roja – bueno pues hasta otra entonces.
Me dirigí hacia la puerta pero entonces una mano hizo que me parara. Era él, sus ojos me intimidaban mucho, me ponian nerviosa. Yo no era una persona muy tímida, pero cuando me gustaba alguien nunca me salían las palabras. Tenía miedo a enamorarme de él, ya que vivíamos en mundos muy diferentes. Le miré a los ojos, y opte por controlarme y preguntar.
-   ¿Qué pasa Harry? – no sabía que decir, ya que lo ocurrido en su habitación no me lo podía sacar de la cabeza.
-   Te acompaño a casa, que en estas horas es peligroso salir, y aún más alguien tan hermosa como tú – ¡por Dios! en ese momento me quería morir, no sabía que responder ni tampoco como reaccionar.

lunes, 27 de febrero de 2012

Capítulo 8

Capitulo 8
(Narra Louis)
Harry y Carla se habían ido hacía más de cinco minutos, así que debía estar pasando algo. Sonreí para mis adentros. Había química entre ellos, saltaban chispas. Entre Sophie y Zayn también había algo, pero ambos eran demasiado timidos para decirse nada.
Toda esta situación me recordaba cómo estaba yo de emocionado cuando conocí a mi actual novia.
Vista la química entre Harry y Carla, no entendía por qué ella había besado a Niall. ¿Para darle celos? Porque yo, al igual que todos los presentes, pensaba que iba a besar a Harry, era lo que se veía venir. Pero entonces Niall había sido utilizado… Pobrecito, tan inocente… Pero a él le gustaba Carla, se veía a lo lejos. Sus ojos azules se iluminaban cuando ella entraba en la habitación.
-     Debería ir a ver si están bien – dijo Niall. Iba a decirle que no fuera, no queria que se llevara una decepción al pillar a Harry y Carla haciendo lo que fuera que estaban haciendo. Pero no estuve a tiempo, Niall se marchó al piso de arriba.

(Narra Carla)
Nuestros labios se estaban a punto de unir, mi mente se quedó en blanco. Los pensamientos racionales me abandonaron cuando ya respirábamos el mismo aire. El corazón se me aceleró de tal manera que pensé que se me iba a salir del pecho, estaba segura de que él lo percibía. Era el momento ideal, pero algo tenía que interrumpirlo.
   
(Narra Niall)
No me lo podía creer, aunque un parte de mí se lo esperaba desde el primer momento. ¡les interrumpí a punto de besarse! si no se habían besado antes claro.  Cuando Carla me besó antes pensé que me había escogido a mí porque era el que le gustaba más de los cinco, pero ahora lo veía claro, solo me había utilizado para dar celos a mi amigo. Y había funcionado. Me sentía traicionado. Así que no hice otra cosa que salir corriendo. Al entrar ellos se separaron bruscamente, dejando pasar el aire entre ellos dos, ella me miraba con cara de culpabilidad. Yo había pensado que ella sentía más por mí que por Harry, pero claro, todas las chicas de enamoraban de Harry y yo siempre pasaba desapercibido ¿nadie se percataba de que yo también sufría?
Bajé las escaleras corriendo, y atravesé el pasillo. Louis estaba asomado a la puerta del salón, tenía cara de saber que había pasado. Trató de detenerme, pasé de él, abrí la puerta principal y me senté en el primer banco que vi. Lo que me cabreaba era que siempre todas las chicas pasaban de mí o primero me hacían ilusiones para luego romperme el corazón.
Me lo quería como un hermano a Harry, pero había veces en las que se pasaba con las chicas. Las besaba solo conocerlas y luego les rompía el corazón. Es verdad que a veces si que se las quería con todo el corazón pero entonces se lo rompían a él. Y Carla, Carla era una chica guapa, divertida y la vi realmente mal cuado entre por la puerta pero no la podía perdonar así como así. Es verdad que no se habían besado pero si no hubiera interumpido…
Oí unos pasos detrás de mí y instintivamente me giré para ver quien era. No quería hablar con nadie y menos con ella. Se sentó a mi lado y no dijo nada. Estuvimos unos segundos en silencio, cuando ella decidió romperlo.
-  Niall…
-  No tienes que darme explicaciones, no soy tu novia y no te puedo prohibir nada, tienes todo el derecho a hacer lo que quieras – se lo dije que una sonrisa falsa, la cual ella se había dado cuenta.
Estaba realmente enfadado, ya no con ella sino conmigo, por tener falsas esperanzas. Intenté no mostrar mis sentimientos para que ella no dijera nada, pero aún así me dijo…
-  Pero Niall… yo si que quiero explicártelo, no hubo besó y tampoco lo quería - me lo dijo dulcemente
-  ¡¿Que no lo deseabas?! Por dios Carla, que si no hubiera entrado te lo habrías acabado tirando – no se lo tomó muy bien porque se levantó de golpe, con una cara de terrible enfado.
-  ¡¿Pero tú quien te crees que soy?! ¿Una puta que se tira al primero que pesca? Pues vas muy equivocado, yo venia para disculparme, para estar bien con el chico con el cual llevo años soñando. Pero da igual, si quieres desaparezco de tu vida y ya esta. Y te lo repito por última vez N-O H-U-B-O B-E-S-O – lo dijo muy seco y cortante, e hizo que me sintiera fatal. No tuve tiempo para disculparme por lo que había dicho, porque se fue en dirección a la casa. Yo decidí quedarme aquí y no empeorarlo aún más.

domingo, 26 de febrero de 2012

Capítulo 7

(Narra Harry)
Estaba muy cerca de mí, podía percibir su aliento en mi cara. ¿Iba a besarme? Después de lo que había pasado antes, ella se había quedado con las ganas del beso, ¿no? Y ¿porqué no admitirlo? Yo también. Pero entonces ocurrió lo menos esperado. Carla giró la cabeza hacia Niall y le besó. Me quedé con la boca abierta, y me acordé de cerrarla al cabo de unos instantes. Sus labios se  juntaron demasiado tiempo para que yo lo soportara.  Cerré los ojos, esperando que el instante pasara lo más rápido posible. Pero no, cuando los abrí, Carla tenia las manos alrededor del cuello de Niall, y éste la acariciaba el pelo. Miré a mi alrededor, y vi a Louis y Liam sonriendo. Zayn se vestía mientras los miraba de reojo, y Sophie miraba a su amiga atónita.
El timbre de un teléfono interrumpió el momento que se me estaba haciendo insoportable.
Liam buscó el teléfono en su bolsillo, sonrojándose por interrumpir el beso. Lo cogió y, disculpándose, salió de la estancia.
Carla regresó a su sitio, ligeramente colorada. Niall estaba mucho más rojo. Louis le pasó la botella a ella, que la giró en medio del corro. Le tocó a Louis. Éste dijo atrevimiento, y , junto con Zayn, decidió que tenía que bailar en medio de la sala. Louis se encogió de hombros y lo hizo.

(Narra Carla)
Se movía realmente bien, pero claro, era un profesional. Todos nos reíamos de su gran actuación. ¡Qué mono! Liam volvió de hablar por teléfono. Sophie me recordó entonces que debíamos ir a casa, a buscar a María o a Mike.
-  Era Daniella – dijo.
Asentí, y baje la vista a mis rodillas, sumida en mis pensamientos. ¿Había echo bien besando a Niall? Me había sentido genial besándole, había sido tan dulce… Lo había hecho en parte para fastidiar a Harry, pero yo me moría por ese beso. ¡Había besado a Niall Horan! Y había sido maravilloso… Pero no me sentía del todo bien. Había visto la cara que Harry había puesto, y la veía ahora, como si lo hubiese traicionado. Pero no le debía nada, ¿no? No había nada entre nosotros, de momento, ¿verdad?, Pero había sido bonito, aunque ahora veía como Sophie me miraba, estupefacta por lo que había hecho.
Zayn la observaba atentamente, con una mirada dulce y alegre. Tenía un interés simple y puro por ella, no como todos esos chicos que querían un trofeo más.
Miré el reloj que había encima de Liam, tras el sofá. ¡Eran las nueve de la noche! Qué rápido había pasado el día, pero debíamos ir a casa de María, pues no habíamos intentado contactarla en todo el día. Me palpé el bolsillo en busca del teléfono, pero entonces caí en la cuenta de que se estaba cargando en la ropa mojada que había dejado arriba. Me puse en pie, y dije hacia dónde iba. Harry también se levantó, insistiendo en acompañarme. Asentí a regañadientes, no queriendo saber qué pasaba por su mente.

(Narra Harry)
La seguí fuera de la sala. No hablamos en todo el camino, pero la curiosidad iba a poder conmigo. ¿Por qué le había besado? Justamente a Niall. Y además me había vacilado, humillado delante de los otros, me había hecho quedar mal enfrente de mis amigos. ¿Lo había hecho para reírse de mí? ¿O trataba de torturarme? ¿Podía ser que le gustara? La miré de reojo, y la pillé mirándome. Era tan guapa…, especial, me gustaba de verdad. Era un sentimiento puro y singular, que se expandía desde mi corazón por todo mi interior. Sé que sonaba cursi, pero era muy profundo lo que sentía por Carla. Y era una desconocida. No llevaba ni un día con ella, pero mis pensamientos desde el primer segundo han sido… bueno, mejor no explicarlo.
Todo lo que pasaba por mi cabeza no estaba muy claro, y me convencí para no hacer nada hasta que la conciencia mejor. Pero no puede resistirme, la curiosidad pudo conmigo y, cuando llegamos a la habitación, cerré la puerta detrás de mí.
-  ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué le has besado? - Carla se paró en seco en medio de la habitación. La ropa mojada estaba en un rincón, apelotonada.
-  ¿Des de cuándo he de responderte a eso? O a nada - me respondió, un poco seca.
- Tranquila, ¿eh? Ésa no era mi intención – respondí, ligeramente cabreado. Eso era exactamente lo que ella quería, pero me había enojado. Era sólo una pregunta  inocente, quizás víctima de un ataque de celos. ¿Pero qué me pasaba? ¿Tanto me gustaba esta chica? Vaya lío que tenia en la cabeza.
Entonces, cuando ella se agachó para coger el teléfono que se estaba cargando entre la ropa mojada, se lo metió en el bolsillo y entonces decidí hacer algo imposible. Estaba seguro de que me iba a arrepentir de eso, me puse tras ella y la cogí por el hombro, acercándola a mí.
Ella abrió los ojos desmesuradamente cuando le cogí la cara suavemente. Tenía el pelo suave, así como las mejillas que acaricié dulcemente. Sus labios eran toda una tentación para mi persona. La distancia entre nosotros se acortaba con cada segundo, y ella no se resistía. ¿Deseaba ese beso, ese contacto, tanto como yo? Era imposible, mi deseo era… impresionante.
Las pestañas de Carla aletearon, nerviosamente, y se mordió el labio inferior. Era la señal de que podía lanzarme y…

Capítulo 6

(Narra Niall)

Es tan guapa… Pero una desconocida. Tiene pinta de ser una fan loca que se resiste para conocernos de verdad. Y eso, aunque no se si está del todo bien, me gusta, así como me gusta la mancha de sus ojos, las ondas de su pelo, las ligeras pecas resultantes del sol de verano… ¿Por qué me pasa esto? Nunca lo había sentido antes, pero ella solo tiene ojos para Harry, incluso mientras habla con Louis. Todas las chicas siempre se fijaban en Harry, yo siempre pasaba desapercibido.
Nos sentamos en la mesa, delante mio se sentaba Carla y como no a su lado Harry.
Ni Carla, ni Harry ni yo abrimos la boca en toda la cena, mientras que los otros mantenían una conversación. Reían, bromeaban, se  lo pasaban bien. Yo no separaba la mirada de ella, de la chica sentada delante mío, me daba ganas de no dejarla jamás. Vamos Niall, me dije, por favor, ¡Pero si ni si quiera has estado hablando con ella más de diez minutos! ¿Porque no puedes dejar de mirarla u de pensar en ella? Mientras me torturaba mentalmente, los otros ya habían acabado de comer y estaban recogiendo la mesa.
 - ¡Niall! ¡Despiertaaaaa! - dijo Liam, alargando la "a" - ¿vienes al salón?
- Sí, sí, claro, ya voy - dije levantándome de golpe. Recogí mi plato y lo dejé en la cocina.
Estaban todos sentados en el sofá. Carla estaba en la punta, al lado de Louis, en frente de Zayn y los demás, excepto Harry, que estaba apoyado en la pared, cerca de la puerta. Me senté en el brazo del sofá, donde estaba Carla, y figé mi mirada en ella. Ella respondió con una preciosa sonrisa. La que me volvía totalmente loco. Debía dejar de pensar de pensar así. Ella sólo me correspondía por amabilidad, pero estaba claro que solamente tenia ojos para Harry.

(Narra Carla)
No abrí la boca en toda la cena, y ahora estaba al lado de Niall, el chico que años atrás me robó el corazón, que me hizo creer en el amor, con solo escucharlo cantar, oír su voz, empezaba a temblar. Y ahora era real, estaba a su lado en su casa ¡no me lo podía creer! Tenia ganas de chillar, de contarle al mundo que concia a los chicos de one diretion pero me tenia que controlar. Pues claro, también estaba Harry ¡Eran tan diferentes! no se como podían gustarme ambos, bueno aún no sabia si me gustaban de verdad porque el amor que tenia por ellos era irreal porque antes no los conocía de verdad, pero ahora que estoy aquí a su lado, todo es muy complicado. A poco a poco tenia que descubrir que es lo me sentía, ya que no había pasado ni un día a su lado.
Mientras me perdía en mis pensamientos, Louis le decía algo a Liam en el oído. Este se rió, y entonces fue a la cocina en busca de algo. Sophie me miraba desde el otro lado del salón. Se encogió de hombros, transmitiendo el mismo pensamiento que yo “¿Qué planeaban?”
-   Ahora, y antes de que os marchéis o os quedéis a lo que sea – anunció Louis – vamos a jugar a un juego especial, al que seguramente todos habremos jugado alguna vez.
Liam regresó de la cocina con una botella de plástico,  y entonces Sophie y yo nos miramos, comprendiendo de qué iba la cosa. Mi amiga empezó a ruborizarse, no queriendo jugar a eso pero viéndolo como una oportunidad para conseguir algo de Zayn.  Yo empecé a imaginar cosas extrañas, ya que éramos dos chicas y ellos cinco. Lo comenté en alto, y Liam dijo que él no jugaba.
-    No sé si jugar- dije, tímida – Os observo junto a Liam.
-  ¡Tía, no me dejes sola! – me dijo Sophie, suplicante.
-   Exacto, no la dejes jugar sola- dijo Harry, mirándome.
Asentí y me senté junto a Louis, en el suelo. Harry se sentó delante de mí, entre Zayn y Niall. Sophie, a mi izquierda, cogiendo la botella de las manos de Liam, que se había sentado cómodamente en el sofá y ya se reía.
-  Empiezo yo – digo Louis y giró la botella. Le toco a Zayn.
- ¿Qué escoges, vedad o atrevimiento? – le dijo Louis
- ¿Tú que crees? Ya lo sabes. – Cuando Zayn vio que su amigo se encogía de hombros, aclaró – Atrevimiento.
- Muy bien, pues… - dijo Louis levantando la vista hacia Sophie – Tienes que hacer un streaptease.
Zayn lo miró ligeramente enfadado, pero entonces sonrió y se puso en pie. Sophie me miró, y dirigió la vista al suelo. Pero no por mucho tiempo, ya que la vista de Zayn sin camiseta era realmente agradable de ver. Sophie se sonrojó al verlo, y cuando éste se quitó los pantalones, volvió a mirar al suelo. Pero alli estaba Zayn, casi desnudo delante nuestro, ¡Y sin tener vergüenza!
Al acabar, Zayn se sentó y giró la botella. Daba vueltas y vueltas, y parecía que no paraba cuando me señaló a mí de pleno. Me quería morir. Louis sonrió y dijo
-  Tienes que besar a alguno de nosotros, sin contar a tu amiga. – se acercó a mí y, sin que los demás lo oyeran, me susurró- “ éste es tu momento, aprovéchalo”.
Los miré uno por uno, sin saber qué hacer. Pensé en lo que había pasado antes con Harry y una idea me pasó por la cabeza. Me puse en pie y me acerqué a donde estaba Harry. Me agaché y lo miré a los ojos fijamente.

jueves, 23 de febrero de 2012

Capitulo 5


(Narra Sophie)
¡Qué vergüenza! Cuando por fin encuentro el camino hacia el piso de abajo, me encuentro a todos observándome. Zayn se pone de pie como señal de respeto, pero eso ya no se hace hoy en día. Sonrío tímidamente, y me percato de la presencia de Louis, el quinto miembro de One Direction.
- Ella es Sophie- me presentó Niall a Louis. Sonreí amablemente y me senté en el brazo del sofá, sin saber qué decir.
Un silencio incómodo se apoderó de la sala, y todos esperamos que alguien lo rompiera. Zayn me miraba fijamente, y empecé a ruborizarme. Una ola de calor se apoderó de mi cuerpo.
- Voy a preparar la cena- dijo Zayn, al ver lo incómoda que estaba. Un impulso desconocido me llevó a presentarme voluntaria para ayudarlo y ponerme en pie.
Le seguí hasta la cocina, y por el pasillo nos encontramos con Carla, que bajaba las escaleras. Levantó las cejas al verme con Zayn, pero siguió su camino sin hacer ningún comentario.
La cocina era enorme, hecha de mármol blanco y madera de caoba, preciosa. Zayn sacó un par de paquetes de pasta del armario, y me dio instrucciones para hacer la salsa carbonara. Mmm, pensé, eso le iba a gustar a Carla. En la nevera había fotos de los chicos con fans, y grabando el videoclip de One thing.
No hablamos casi nada, sólo de cómo hacer la salsa. En ese silencio me dediqué a observarle con atención. Llevaba una camisa blanca, ligeramente abierta en la parte del pecho. Dejaba ver una musculatura fuerte y delgada en los brazos. Sin poder evitarlo, suspiré embobada.
Él levantó la vista para mirarme, y me sonrojé. Me había pillado observándole.
La comida estuvo hecha en un santiamén, y, por orden de Zayn, fui a buscar a Liam para que me ayudara a poner la mesa.
- Yo lo hago- dijo Liam-. Tú eres la invitada.
Le di las gracias y volví a la sala de estar. Me senté al lado de Carla, que charlaba animadamente con Louis. ¿Cómo lo hacía? Yo había estado veinte minutos sola con Zayn y no le había dicho nada. Qué cobarde era…

(Narra Carla)
Louis ha resultado ser muy simpático, y la conversación está resultando realmente útil para olvidar lo que había pasado con Harry. ¿Iba a besarme? ¿O simplemente quería que me rindiera a sus pies? Yo le habría besado si el instante hubiera durado un poco más. Y no le conocía de nada… Uff, qué lío. Claro, y luego estaba Niall. La de tiempo que había estado loca por él. Me pasaba el tiempo suspirando por el chico irlandés. Pero un día decidí que Harry estaba mejor. Niall era el más mono, pero Harry… uff, me entraba calor sólo de pensar en él. Y acababa de estar a milímetros de él, sin haber aprovechado la situación. ¡Tonta de mí!

miércoles, 22 de febrero de 2012

Capitulo 4


(Narra Harry)

No me esperaba para nada encontrármela ahí, medio desnuda en medio de mi baño. Me quedé como bloqueado, no sabía qué decir. Nunca me había puesto nervioso por estas cosas, ya que a mí me gustaba ir desnudo por mi casa, pero al ser ella..., ¡pero qué digo! Si la conocía de menos de un día y ya me ponía nervioso. No sabía que decirle, si pedir perdón o poner una excusa. Así que me quedé quieto como un tonto, mirándola fijamente. Ella debió de sentirse muy incómoda. Al cabo de unos segundos que se hicieron interminables, me volvió la capacidad de hablar.
-    Perdón, no sabía que estabas aquí– dije muy nervioso. Ya éramos casi adultos, había que tomarse las cosas en serio. Pero no podía. Seguí teniendo una mentalidad de adolescente total.
-    No pasa nada, tranquilo– me di cuenta de que estaba roja, y de que se intentaba tapar con una pequeña camiseta, que no tapaba muy bien, porque aun podía ver sus delicadas y preciosas piernas que quedaban al descubierto. Ella estaba realmente buena, y eso se podía ver aunque se tapara.
-    Os quedáis a cenar, ¿verdad?– fue lo único que me salió de la boca.
-    Harry, que te parece si hablamos luego, es que me siento incómoda así como estoy– la había cagado rotundamente. Yo estaba hablándole como si nada y ella muriéndose de vergüenza.
-    Nos vemos abajo, y lo siento si he hecho que te sintieras incómoda.
Salí muy rojo del baño y me dirigí al comedor, donde estaban todos los demás riendo y chillando como locos. Al llegar me llevé una sorpresa. Había llegado una de las personas que más quería de toda la casa.
 Ese era Louis. Fue una sorpresa muy agradable y nada esperada. Se acercó a mi y me dio un gran abrazo. Era como un hermano.
 - Tío, que sorpresa, ¿Qué haces ya aquí?
- Hubo un cambio de planes, porque Eleanor se ha puesto enferma y hemos tenido que suspender el viaje. ¿Te encuentras bien? Estás muy rojo...
-Ven, que te cuento - nos dirigimos al comedor para avisarles de que ahora volvíamos - chicos ahora volvemos, serán cinco minutos
- vale- dijeron todos al unisóno.
Nos uimos a la cocina y allí le empeze a contar la historia. La verdad es que Louis siempre me guarda los secretos y me ayuda lo que puede, nunca me falla. Cuando se lo conté se quedo parado.
- Guau, si que debe de ser especial porque nunca te habias puesto tan
rojo – empezó a reise y de un golpe suave le hize callar.
Dejamos la cocina y volvimos con las demas. Entonces bajó Sophie por las escaleras y entro al salón. Zayn se puso en pie, e intenté resistir las ganas de reírme, pero no queria arruinarle el momento de perfecto caballero.

lunes, 20 de febrero de 2012

Capitulo 3


(Narra Sophie)

-    Carla, Carla, ¿qué te pasa? ¿Qué le has hecho? – le dije entonces al chico misterioso que tenía a Carla en sus brazos –. Un momento, os conozco. Vosotros sois... sois...¡¡vosotros sois One Direction!! ¿Eres Harry, verdad?
-    ¿En serio lo crees?- dijo, irónico. No me gustó el comentario, así que hice como si no lo hubiese oído.
-    Así que vosotros sois... Guau- me había quedado sin palabras, sin nada más que decir. Completamente en blanco.
Lo primero que hice fue buscar con la mirada al chico del que me enamoré el primer día en que oí hablar de él. Ahí estaba, mirándome de esa manera tan dulce y sexy que me estaba derritiendo por dentro. Fue él quien me sacó del agua. Todo eso era demasiado para mí. Esperaba no desmayarme como Carla, aunque me imaginaba en sus brazos, en contacto con esa musculatura tan dura que esperaba que existiera de verdad.
-    Siento mucho lo ocurrido, es que no os vimos, y sin querer os empujamos al agua y… - balbuceaba Zayn, con cara de culpabilidad, mientras se acercaba a mí. ¡Qué mono era balbuceando!, pensé. Parecía tímido y nervioso. Cuando se sacó su chaqueta y me la colocó sobre los hombros, pensé que ya me podía morir tranquila. 
-    Gracias, pero no pasa nada. Ha sido un accidente- dije, mirándole mientras me subían los colores por la cara, lo notaba. En mi mente oí el comentario sarcástico sobre mi rubor que diría María si estuviera aquí.
-    Bueno, ¿qué vamos a hacer con estas bellezas?– dijo Niall, con la mirada fija en Carla. Suerte que no estaba consciente, sino se habría puesto colorada.
-    ¿Qué os parece si venís a casa, os cambiáis de ropa y llamamos a un médico para ella? –dijo Liam cogiendo las llaves de un coche –. Hoy conduzco yo. No creo que pase nada, mis prácticas van progresando– dijo, riéndose.
-    A mí me parece bien, pero, por favor, rápido, que me estoy empezando a preocupar por Carla – les dije con un poco de ansiedad. No debía preocuparme tanto, seguro que estos chicos estaban acostumbrados a que se les desmayasen las chicas.
Harry pareció leer mis pensamientos, y dijo que un desmayo no era para tanto.
-    No te preocupes, que está dormida. Ronca un poco– dijo Niall, haciendo que todo el mundo riera.
-    Menos mal. ¿Podemos irnos?, es que me estoy helando y me duele un poco la cabeza – miré a Zayn, que estaba a mi lado. Se acercó más, y me levantó con sus fuertes brazos. Pude percibir debajo de su camisa sus fuertes abdominales, como en mi sueño. Iba a empezar a hiperventilar. Estábamos cara a cara, y yo, como siempre, me puse roja como un tomate. Él acercándose aun más, si era posible, a mí, me susurró:
-    ¿En qué piensas?- tenía la voz demasiado dulce para su aspecto.
-    En nada, nada importante…
-    Vamos, dímelo,  que te has puesto roja y…- sonreía con picardía.
-    Yo siempre me pongo roja- respondí-, pero pensaba en que eres muy sexy– nunca sabré cómo se me ocurrió decirle eso. ¡Le acababa de conocer! Y no le daría una imagen real de mí, la tímida Sophie. Pero él me miró y se empezó a reír–. Y tú, ¿en qué piensas?
-    En que eres una chica realmente preciosa, con unos ojos, guau, y un pelo...– no me esperaba para nada su respuesta, así que aun me puse más roja. Tenía que aprender a controlar la vergüenza, era muy importante.
-    Bueno chicos, sé lo mucho que os queréis, pero vamos, que todos ya estamos en el coche y Carla tiene que ir a descansar– dijo Niall, chillando desde el coche.
-    Ahora vamos– dijimos al unísono, sonrientes.
Nos sentamos en el coche. Liam conducía, Niall iba de copiloto y Zayn se sentó atrás. Hizo que me sentara encima suyo, ya que Harry y Carla ocupaban los otros asientos, pero yo estaba muerta de vergüenza, que Niall veía por el espejo retrovisor. Se reía de nosotros. No hubo mucha conversación durante el trayecto, pero ese silencio no era para nada incómodo, ya que Zayn y yo nos intercambiamos muchas miradas, acompañadas de sonrisas, la suya deslumbrante.
Llegamos a su casa y todos se sentaron en el sofá, mientras Zayn me guiaba al baño con mi maleta para que pudiera arreglarme un poco y cambiarme de ropa. Durante el trayecto pude ver partes de la casa, que me pareció excesivamente grande para ellos, aunque claro, eran famosos. Al llegar a la puerta del baño, le devolví su chaqueta y le di las gracias. Cuando entré pensé que este día ya no podía ir mejor.

(Narra Harry)

La dejé en mi cama, lo que hizo que abriera los ojos de golpe. Era una chica realmente increíble. Su pelo castaño me dejaba sin palabras, sus ojos, no hablemos de sus ojos. Tenía una mancha preciosa en el iris izquierdo, que la hacía encantadora. Me quedé embobado con solo mirarla, y encima estaba buena. La ropa mojada se le pegó al cuerpo y dejaba entrever sus preciosas curvas que hacían que se me cayera la baba. Se sobresaltó al verme, no esperaba encontrarme aquí con ella.

-    ¿Qué hago aquí? ¿Qué me ha pasado? Y sobre todo, ¿que haces tú aquí conmigo? ¿Y mirándome así?- me lo dijo a trompicones, ya que estaba muy nerviosa al verme. Decidí hacer como si no hubiera oído la última pregunta.
-    Te has caído al río por nuestra culpa, entonces al salir te has desmayado en mis brazos, y estas aquí con tu amiga, porque nos sentimos culpables por lo que pasó– eso hizo que se tranquilizara.
-    ¿Dónde esta Sophie?
-    Está en el baño, cambiándose– le dije yo mientras me sentaba a su lado.
Me acerqué a ella, intentando no hacerla sentir demasiado incómoda, y le quité el mechón de pelo que tenía en la cara. Cuando le rocé la piel, noté que se ruborizaba, y empecé a acercarme más y más a ella, hasta que solamente quedaron unos centímetros entre nosotros. Su rubor iba aumentando cada vez que me acercaba más a ella, pero tenía ganas de besarla. Ella se mordió el labio inferior, lo que quería decir que ella también tenía ganas de aquel beso. Me acerque más a ella, y cuando ya no quedaba distancia entre nosotros, le susurre al oído:
-    Vístete que te resfriarás– la dejé con las ganas del beso y me separé lentamente de ella.
-    Ah, sí, ahora voy– se levantó muy avergonzada, pero recogió su dignidad y salió de la habitación– ahora nos vemos.
-    Ni lo dudes, pequeña- le guiñé el ojo, y se despidió con una sonrisa deslumbrante.

Esa chica era increíble, la conocía desde hacía una hora, pero ya no podía dejar de pensar en ella. Era extraño, pero necesitaba estar con ella, necesitaba sentirla cerca. Era de locos, pero en ese momento no sabía exactamente lo que sentía por esa chica.

(Narra Carla)

Iba en dirección al baño, para encontrarme con Sophie y contarle lo ocurrido en la habitación con Harry, pero antes me encontré en el pasillo con Niall. Estaba en la puerta de lo que yo supuse que era su habitación. Se acercó a mí, y me dedicó una de sus mejores sonrisas. Era mucho más guapo de lo que recordaba. Tantos años soñando con él, al fin se hicieron realidad. Había estado muy enamorada de él, pero Harry estaba...
-    Hola, soy Niall, encantado de conocerte– se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla. ¡Qué mono que era! Y tan dulce...
-    Ya lo sé– me reí, quedé muy mal, pero seguí hablando–. Yo soy Carla, igualmente.
-    ¿Cómo te encuentras?– ¡Se había preocupado por mí!
-    Mucho mejor gracias. ¿Puedo hacerte una pregunta?- dije tímidamente.
-    Ya me la has hecho- respondió. Así que bromista, el chico-. Dime, preciosa.
-    ¿Sabes dónde está Sophie? Es que estoy empapada y me gustaría cambiarme.
-    Pensaba que ibas a preguntar algo más interesante. Pero claro, claro, ven-me cogió de la mano y me condujo hasta el baño.
Me sentía muy bien a su lado, pero Harry, ese chico con el pelo rizado y unos ojos penetrantes, me hizo sentir algo que jamás sentí por nadie antes. Aun no sabía el qué, pero estaba segura de que no tardaría mucho en descubrirlo.
-    Aquí es, cuando hayáis acabado bajad abajo y cenaremos todos juntos, ¿vale?
-    No hace falta, ya iremos a un restaurante, nos buscaremos la vida.
-    No vais a ir a ningún sitio, esto es lo mínimo que podemos hacer para compensaros por lo que ha pasado. Os esperamos abajo en veinte minutos, ¿de acuerdo?– dijo con una mirada cariñosa.
-    Vale, pero espero no perderme– dije señalando a mi alrededor, para que quedara claro lo inmensa que era la casa. Me atreví a darle un beso en la mejilla y entré en el baño sin mirar atrás, para no ver su reacción.

Sophie me recibió con un gran abrazo. Ya estaba vestida, tan solo le faltaba peinarse. Le empecé a contar lo de Harry y Niall, y ella se quedó alucinada. Entonces me contó lo que había pasado entre Zayn y ella. Le dije que bajase abajo y que yo ya iría cuando terminara, que no se preocupara.
Cuando me quedé sola, me desvestí, y cuando estaba en ropa interior, alguien abrió la puerta de golpe.

domingo, 19 de febrero de 2012

Capítulo 2

Estos capítulos son un poco cortos pero a partir de ahora se van a hacer más largos. Esperamos que os guste.

Pasó media hora, y seguíamos sin obtener respuesta. Nos empezamos a preocupar, y de tanto llamar se me quedó sin batería el móvil. Sophie se lo había olvidado en el coche de Mike, así que decidimos ir a su hotel a buscarlo y desde allí seguir llamando. Cogimos las maletas y nos adentramos en las calles de Londres. Era tan grande, esa ciudad, que nos perdimos en un abrir y cerrar de ojos. Nos encontrábamos delante de un local no muy grande, donde había mucha gente fuera chillando, y dentro se podía oír música muy alta. Estábamos tan cansadas que nos sentamos encima de la baranda del río a descansar un rato. Teníamos mucha curiosidad por saber qué estaba pasando ahí dentro, pero decidimos no ser cotillas (aunque Sophie se estaba muriendo por dentro) y descansar un rato para seguir con la búsqueda. No había nadie a nuestro alrededor, a parte de aquel grupo de chicas chillando. Parecía que se les fuera la vida, con tanto grito. De pronto, una limusina salió del parking del local, marchándose en dirección a las afueras de la ciudad. Todas las chicas siguieron al vehículo a gran velocidad. Sophie y yo nos empezamos a reír, ya que la situación era muy cómica. Nos lo estábamos pasando bien, así que nos olvidamos de lo que debíamos hacer y nos pusimos a charlar animadamente.
-    ¿Estás emocionada con lo de mañana? - le dije a Sophie, guiñándole el ojo.
-    ¡Emocionada es poco! Vamos a ver a nuestros amores. Es que aun no me lo puedo creer, parece un sueño hecho realidad. – la emoción nos invadía por dentro a ambas.
-    Tu vas a ver a Zayn, y yo a mi Niall- dije, poniendo cara de enamorada.
-    Ya ves, es tan fuerte…-dijo dándome un abrazo.
De repente, del local donde se escuchaba a esas chicas, salieron cuatro figuras. No se les veía muy bien, ya que todos iban con gorras y capuchas, de colores diversos, pero, por sus figuras, rápidamente adivinamos que eran todos chicos. Un grupo de chicas salió de la nada, y empezó a correr hacia ellos. Ellos hicieron lo mismo, pero en nuestra dirección. Estábamos muy extrañadas, completamente perdidas. Siempre he odiado no saber lo que ocurre, y en ese momento me arrepentí de no haber ido a cotillear.
Los chicos pasaron por nuestro lado, y uno de ellos hizo un gesto con el brazo, involuntario, espero, dándome en el hombro. Yo, sin querer, me cogí del brazo de Sophie para no caerme, pero las dos acabamos perdiendo el equilibrio y nos precipitamos hacia el agua. Tuvimos suerte, ya que era la parte menos profunda de todo el arroyo. No nos hicimos nada, por suerte, aunque quedamos completamente empapadas y sin saber por dónde salir de allí.
De repente aparecieron en mi campo de visión dos manos que me ofrecían ayuda para salir del agua. Cogí la mano que tenía mas cerca y alguien me ayudó a salir. Estaba a punto de empezar a gritarle al desconocido y a echarle la culpa de que estuviera totalmente empapada, pero al ver esos preciosos ojos verdes me quedé en blanco, mi mente estaba completamente vacía. Tan solo había la imagen de esos preciosos ojos que me habían sacado del agua, esos ojos tan grandes y profundos. Yo conocí aquellos ojos. El dueño de los ojos me cogió de la mano para que no cayera hacia atrás, ya que me estaba a punto de resbalar. Cuando habló pude apreciar su tono de voz, aterciopelada y dulce.
      - ¿Estás bien?- me preguntó, mirándome con una gran sonrisa.
En ese momento mi mundo se nubló, mi cuerpo tembló, y lo último que recuerdo fue que caí en brazos de un chico ya no tan desconocido. 

Capítulo 1


Sonó el despertador. Estaba cansadísima, ya que eran las cinco de la mañana. Pero de repente me acordé de la razón de que ese día tuviera que ser alegre. Hoy era el día, el día en que mi mejor amiga, Sophie, y yo íbamos a Londres, de vacaciones a casa de una de nuestras mejores amigas. Ella vivía ahí con sus tíos desde hacía un año, a causa del terrible fallecimiento de sus padres.  Se llamaba María y hacía mucho tiempo que no sabíamos nada de ella, pero durante ese verano íbamos a aprovechar el tiempo perdido.
Me duché, me peiné y después me vestí. Me puse un vestido blanco de tirantes con unas sandalias marrones, me dejé el pelo suelto, dejando ver mis rizos castaños, y, antes de bajar a desayunar, me maquillé un poco. Me comí unas tostadas con mermelada y un buen café con leche, cuando de repente sonó el timbre. Debía de ser ella.
-   Carla, amor, soy yo. ¡Ábreme!- dijo chillando desde la calle.
-  ¡Ahora voy! Y no chilles tanto que vas a despertar a los vecinos- dije riéndome al abrir la puerta.
Se tiró encima de mí, dándome un fuerte abrazo y sin parar de repetir que nos íbamos a Londres, lo emocionada que estaba. Ya eran las seis, y nuestro tren salía a las siete de la estación de Manchester. Cerré definitivamente mi maleta y, por último, guardé lo principal en mi bolso. Cogí el iPod, el móvil, el monedero y el disco de One Direction, ya que de aquí a una semana había una firma de discos, ¡y mañana un concierto de nuestros amados ídolos! Desde hacía un año estábamos esperando ese día con ansia. Eran tan perfectos, sexys, atractivos... y, además, ¡cantaban tan bien! Eran todo lo que cualquier chica desearía tener como novio, pero claro, ellos eran tan extraordinariamente perfectos…, y nosotras unas chicas que vivían en Manchester, soñando casarnos con ellos algún día (cosa que era un poco difícil, más bien imposible).
Ya estábamos preparadas para marcharnos. Sophie, como siempre preciosa, con ese pelo moreno y sus ojos azules, con su moderna americana y unos pitillos que le marcaban bien sus piernas. Era una chica muy alta y delgada, digna de admirar.
Me llamó mi hermano diciéndome que ya nos marchábamos. Mike, de dos años mayor que yo, o sea dieciocho, ya podía conducir, por lo que fue el que nos llevó a la estación, además de que él también se venía a Londres. Mike iba a trabajar. Quería ser director de cine, y le habían dado una oportunidad en el Apollo de Londres. Pero él, en lugar de venir con nosotras a casa de María, se iría a un hotel, cerca del centro.
Subimos al tren, Sophie y yo nos dormimos escuchando Moments, una canción que ninguna directioner se podía perder. Así pasamos las horas, durmiendo o haciendo el tonto, todo lo contrario a mi hermano, que se puso a ligar con una chica que tenía a su lado. Ya estábamos a punto de llegar, así que cogimos nuestras cosas y nos preparamos para bajar.
-  Tía, que ha llegado el día, ¡no me lo puedo creer! Serán las mejores vacaciones de mi vida, veremos a María, a One Direction, iremos a su concierto y, con un poco de suerte, conoceremos a algún que otro chico guapo, ¿no?-dije a carcajadas.
-   Eso ni lo dudes, loca, estos meses serán dignos de recordar- me dijo con una gran sonrisa en la boca.
-   ¡Mike!- le dije a gritos a mi hermano. Él se giró y me hizo mala cara-. Vamos, deja de ligar y prepárate para bajar- se puso rojo y se despidió de la chica, que nos miraba con atención.
Ya habíamos llegado, bajamos del tren y, después de comer algo, mi hermano nos acercó a casa de María. Nos despedimos con un gran beso.
- Carla, acuérdate de llamarme de vez en cuando, que ya sabes que mamá dijo que te vigilara. No hagáis nada de lo que os podáis arrepentir, ¿de acuerdo? Os quiero chicas- nos dijo desde el coche, despidiéndose con la mano.
- Tranquilo, ya sabes que somos buenas chicas. No te preocupes, que te iré llamando. ¡Adiós!- me di la vuelta y me fijé en cómo Sophie seguía despidiéndose, un poco ruborizada.
-   Souf, no seguirás enamorada de él, ¿verdad?-le dije, frunciendo el ceño.
-  ¿¡Qué!? No, no, tranquila, que en mi corazón sólo cabe Zayn- me guiñó el ojo, y ese gesto fue seguido por muchas carcajadas-. Pero sigue estando igual de bueno- dijo con picardía.
-   No te pases, ¡que es mi hermano!- ambas nos empezamos a reír sin poder parar.
Nos acercamos a la entrada y llamamos al timbre. Llevábamos llamando cinco minutos cuando decidimos llamarla. No contestaba, ni ella ni sus tíos. Nos empezamos a estresar mucho. Nos sentamos, apoyadas en la puerta, y empezamos a pensar qué debíamos hacer.