martes, 6 de marzo de 2012

Capítulo 13

Pasamos los dos días, paseando por las calles de Londres, comprando ropa para esta noche tan esperada y sobretodo habando de lo ocurrido. Nos compramos tantas cosas… vestidos, faldas, camisas, zapatos, complementos, de todo. Teníamos que estar estupendas para esta noche, teníamos que deslumbrar. Llegamos a casa, Sophie preparó la comida, ya que era una gran cocinera mientras que María y yo poníamos la mesa. Todo estaba buenísimo. Después de la comida nos pusimos a ver una película. Nos quedamos dormidas solo al empezar, suerte que un mensaje nos despertó. Era mi móvil, lo cogí y leí el mensaje “dentro de dos horas os pasamos a recoger, te quiero x x” era de Harry. No pude evitar mostrar una sonrisa. ¿Pero cuanto habíamos dormido? Mierda, ¡eran las ocho!. Estuvimos dormidas tres horas. Teníamos que darnos prisa, ya que tres chicas con un solo baño no se arreglaban tan rápido como la gente se cree. Nos duchamos una por una lo más rápido que pudimos y nos vestimos. María se puso un vestido rojo por encima de la rodilla, Sophie uno rosa palo con volantes también por encima de la rodilla y yo uno negro, bastante cortito. Todas nos pusimos zapatos de tacón, yo más altos que ellas ya que era la más bajita y con diferencia. Nos maquillamos poquito y justo al terminar sonó el timbre. María entusiasmada bajó a abrir. Nosotras dos bajamos un poco después de ella. Ahí estaban todos, realmente guapísimos. Sobre todo Harry, que me miraba de arriba abajo con una sonrisa pícara.
-   ¡Buah! Que guapas todas – dijo Niall con la boca abierta.
-   Vosotros también estáis guapísimos – en ese instante mi mirada se desvió hacia Harry, quien también me miraba.
-   ¡Vamos a pasarlo bien! – dijo Louis chillando
Salimos de casa y nos metimos en la limosina. Me senté entre Niall y María con los cuáles hablábamos de tonterías. Llegamos muy rápido, el chofer nos abrió la puerta y al salir me quedé alucinada. Estaba todo lleno de cámaras, parecía una estrella del cine. Todas avanzaron menos yo, me puse nerviosa. Alguien me rodeó con el brazo lo cual hizo que me sintiera mejor. Era Harry, que sonreía encantado. Pasamos toda la calle en silencio, hasta que entramos. Sophie bailaba como una loca en el centro de la pista y María estaba charlando al fondo de la sala con Louis. Nosotros nos sentamos en la barra, un silencio incómodo nos rodeaba hasta que decidí romperlo.
-   ¿Quieres beber algo? – fue lo primero que se me pasó por la cabeza.
Harry se giró y chasqueó los dedos, llamando la atención del camarero.
-   Que chica más guapa – bajé la mirada y de reojo vi como Harry ponía esa cara de celoso, que tanta gracia me hacía - ¿Qué quieres? Invita la casa
-   Pues… - dije dudosa
-   Ponnos dos vasos de eso por favor – le miré desconcertada - ¿Qué te pasa?
-   A no nada, que no bebo mucho alcohol, pero un día es un día ¿no?
-   ¡Claro que sí! Yo tampoco bebo mucho.
-   Eso no te lo crees ni tú – me empecé a reír.
-   ¿No te lo crees? – se acercó a mí y me empezó ha hacer cosquillas.
-   Vale, vale si me lo creo pero ¡para! – no podía parar de reírme. Cuando el camarero apareció con dos vasos se volvió a sentar en su silla. Los cogimos, brindamos y nos lo bebimos de un trago.
Estar con el chico que te gusta es como estar en el paraíso. Cada vez que me hablaba mi mirada se quedaba embobada con sus labios, cada vez que me miraba me perdía en sus preciosos ojos, todo el era perfecto.
Al cabo de un rato pedimos uno más y el que parecía ser el cuarto era el sexto. El sentido de la razón se me desvaneció y al parecer el de Harry también. No pensaba con claridad, lo hacía todo a impulsos. Nos levantamos y nos pusimos a bailar en el centro de la pista. Todos nos miraban asombrados, si hubiera estado como siempre ahora aún estaría sentada en la barra. Cuando ya llevábamos mucho rato bailando, se paró en seco y lentamente se acercó a mí. Me quedé inmóvil, aún así iba de un lado al otro de lo borracha que estaba. Cuando solo estaba a cinco milímetros de mí, perdí totalmente la razón y me lancé hacia él. Nuestros labios se encontraron, encajaban perfectamente. Pasó de ser un dulce beso, a uno apasionado. Mis brazos rodeaban su cabeza y los suyos mi cintura. Nuestras lenguas jugaban y nuestras cabezas iban de un lado a otro. Paramos durante unos segundos para coger aire. Me fijé que todos a nuestro alrededor nos miraban asombrados. No pensaba con la cabeza, así que seguimos durante unos minutos más.
-   ¿Qué te parece si nos vamos? – su sonrisa era maliciosa, por dentro quería decir que no, pero de tanto beber mis labios pronunciaron lo contrario
-   Eso no se pregunta – ¿pero que hacía? Ni Harry ni yo éramos concientes de nuestros actos.
Me cogió de la mano y desaparecimos por la puerta de la entrada. Estaba segura de que me arrepentiría de mis actos.

(Narra María)
Estaba hablando con Louis, cuando mi mirada se fijó en Carla. ¿Qué demonios estaba haciendo? Se iba a arrepentir. ¿Y ahora a donde iba? Me empecé a asustar pero ya no podía hacer nada. Louis se quedé igual de alucinada que yo. Me empezó a contar toda su historia con Eleanor y lo enfadado que estaba con ella ahora. No quería hablar con él de eso, ya que en verdadme moría de envidia. Se dio cuenta de que no me interesaba lo que le decía y me invitó ha bailar. ¡Ya era hora guapo! Estuvimos bailando animadamente durante mucho rato. Ahora si que me lo empezaba a pasar bien.

(Narra Sophie)
Llevaba mucho rato bailando con Zayn cuando un chico se me acercó. Empezamos ha hablar. Era muy simpático y no era para nada feo. Era rubio con ojos azules, un chico guapísimo. Me pidió para bailar y yo encantada asentí. Me di cuenta de que la mirada de Zayn estaba fijada a mí. Parecía celoso hasta que se puso ha hablar con una chica realmente guapa. Era alta, rubia y encima parecía modelo. Dejé de comerme la cabeza y disfrutar de la noche. Me hice muy amiga de ese chico, se llamaba Henry. Nos intercambiamos los números y seguimos con el baile. Estuve disfrutando hasta que mi mirada se fijo otra vez en él. Esta vez no me estaba mirando. Unas cuantas lágrimas cayeron por mis mejillas haciendo que rompiera a llorar sigilosamente. Ese estúpido estaba ocupado besando a esa estúpida. ¿Pero como se podía llegar a ser tan idiota? No dude ni un momento. Cogí a María del brazo y la dirigí hacia el exterior. Se lo conté detalladamente. Decidí marcharme a casa y olvidarme de ese chico para siempre. Puede que con Henry tuviera más posibilidades. María dijo que se iba a despedir. Tardo unos cinco minutos. Lo malo de todo esto era que había salido con ellos, incluso con él. Mi mirada seguía fija al suelo, no pensaba volver a caer ante sus preciosos ojos, perfecto pelo… ¿no te habías propuesto olvidarlo? Estaba segura de que eso me iba a costar.
Entramos en el coche y nos dejaron a casa. Durante el trayecto no se dijo nada lo único que hicimos fue intercambiarnos los números de teléfonos.
-   Chicas, ¿sabéis donde esta Harry? – dijo Louis preocupado
-   Ni idea, lo único que sabemos es que esta con Carla – su cara cambio de preocupado a angustiado.
-   ¿Qué? ¡No me jodas! Harry cuando esta borracho es un peligro. Esperemos que no pase nada. Espero que Carla sepa lo que haga – todos se miraron entre ellos. Nosotras no entendíamos nada.
-   ¿Ha que os referís?
-   La última vez que le pasó esto… mejor ni os lo cuento. Recemos para que no pase nada – Niall puso la misma cara que Louis.
-   Cuando sepáis algo nos llamáis ¿vale? – asentimos con la cabeza.
Nos despedimos otro vez de ellos, al único que no di dos besos fue a Zayn quien se quedó sorprendido. Se acercó a mi por la espalda y me dio un besó a la mejilla. ¿Pero que se creía ese tío?
-   ¿Estás bien? – mi cara debía parecer un cuento de lo enfadada que estaba - ¿Por qué no me has dado dos besos?
-   Esto pregúntaselo a la rubia esa ¿no? – se quedó con la boca abierta.
-   Pero Sophie…
-   ¡Vete! – le cerré la puerta delante de sus narices.
Subimos a la habitación sin decir nada. Mi cabeza no podía sacarse ese beso. Primero me dice que aún no lo tenía claro y ahora creo que lo tenía bastante claro. Decidí dejarlo y empezarme a preocuparme por Carla ¿Y si le había pasado algo? Dios mío, esto no puede estar pasándonos a nosotras. Pensé que a partir de ahora todo sería un camino de rosas ya que conocíamos a los chicos, estábamos en nuestra ciudad de los sueños y con unas de mis mejores amigas. Ahora me daba cuenta que estábamos equivocadas.

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